LA GUERRA CIVIL (1936-1939)
1.La sublevación militar y la internacionalización del conflicto.
2.El desarrollo de la guerra civil.
3.La evolución en las dos zonas, consecuencias de la guerra y su incidencia en Castilla-La Mancha.
1.La sublevación militar y la internacionalización del conflicto.
2.El desarrollo de la guerra civil.
3.La evolución en las dos zonas, consecuencias de la guerra y su incidencia en Castilla-La Mancha.
La Guerra Civil es uno de los acontecimientos fundamentales de la historia de España, y es básica para comprender muchos aspectos de nuestra sociedad actual.
El principal hándicap para el estudio de este tema es que ya tenemos una idea preconcebida del conflicto, a veces muy parcial,
cuando no subjetiva, asociada a un bando. Esto ocurre porque algunas
heridas de la guerra siguen abiertas, más aún cuando alguno de nuestros
familiares la tuvo que vivir. Hay
que desprendernos de los prejuicios y estudiar los acontecimientos que
tuvieron lugar durante la guerra para juzgarla nosotros mismos, y no la
juzgue nadie por nosotros. Héroes, asesinos y mártires se reparten
por igual en ambos bandos: cada uno lucha por mejorar su país, según su
ideario político.
Es una visión errónea identificar la Guerra Civil como una consecuencia del fracaso del régimen republicano. Las causas de la guerra vienen de muy atrás. La Guerra Civil es el estallido de un conflicto que destapa las enormes desigualdades existentes en la sociedad española.
Los sucesivos gobiernos del XIX y XX no fueron capaces de crear una
amplia clase media, de ahí la inestabilidad de esta época. Sólo una parte de la sociedad se imponía sobre la otra,
una pequeña clase privilegiada, formada por aristócratas y burgueses se
sustentaba en su cómoda posición gracias a una enorme masa de
proletarios y jornaleros en una situación precaria permanente. El
desmantelamiento del Antiguo Régimen o la consecución del sufragio
universal sólo había “maquillado” esta situación.
1. SUBLEVACIÓN E INTERNACIONALIZACIÓN:
1.1 Preparación de la sublevación y el alzamiento
La conspiración fue preparada por Mola, que estuvo en contacto con militares como Goded, Franco, Fanjul, Sanjurjo (en el exilio), Queipo de Llano,… y políticos
de la derecha. Lo único que les unía era el deseo de derribar al Frente
Popular, sin tener muy claro qué tipo de régimen se instalaría después
de triunfar la sublevación.
La conmoción por los asesinatos del teniente Castillo y José Calvo Sotelo, (que estaba construyendo el Bloque Nacional para contrarrestar al Frente Popular) precipitó los hechos.
La conmoción por los asesinatos del teniente Castillo y José Calvo Sotelo, (que estaba construyendo el Bloque Nacional para contrarrestar al Frente Popular) precipitó los hechos.
El
alzamiento se inició el día 17 de julio por la tarde, en el
Protectorado, siendo los Regulares de Melilla y la Legión los primeros
en sublevarse. La noticia se extendió a la península donde se iniciaron los levantamientos contra el gobierno del 18 al 21, pero en algunos lugares van a fracasar por la actuación de los grupos de izquierda.
La sublevación triunfó en Canarias, cuyo gobernador militar era Franco, uno de los jefes conspirados, y en el Protectorado del norte de África. Al otro lado del estrecho, Cádiz y Algeciras se unieron a los rebeldes, como Sevilla, controlada por Queipo de Llano, y en Andalucía también Granada se unió a la revuelta.
Las Baleares apoyaron la sublevación, excepto Menorca, así como gran parte de Aragón, toda Castilla-León y
Galicia. También Cáceres se sumó
a la insurrección. Por su parte, Mola,
como gobernador militar de Navarra, consiguió que se uniesen Álava, Navarra y La Rioja.
Queipo de Llano radiando una de sus alocuciones |
Por tanto, los territorios donde no triunfó la sublevación, y por tanto, siguieron fieles al gobierno de la República fueron Andalucía
oriental, Comunidad Valenciana, Murcia, Castilla-La Mancha, Madrid,
Cataluña y la cornisa cantábrica (Asturias, Cantabria, Vizcaya y
Guipúzcoa), es decir, casi todo el sur y este de la península y territorios aislados al norte.
Situación el 20 de Julio de 1936
El alzamiento se produjo en Albacete
el 19 de julio. En los primeros días triunfó por la participación de la
Guardia Civil, que se une a los sublevados, pero acabarían por
rendirse, viéndose aislados en zona fiel a la República.
En Toledo, los militares y guardias civiles sublevados no obtuvieron
el apoyo del populacho, con lo que quedaron sitiados en el cuartel del Alcázar.
Los rebeldes habían triunfado sobre todo en las zonas agrícolas (Castilla-La Vieja) y tradicionalistas
(como Álava, Galicia y Navarra, que ya habían apoyado el carlismo), y
en algunos lugares por mera suerte y organización (Oviedo, Sevilla). Las
zonas fieles a la República eran aquellas donde tenía mayor implantación el anarquismo (Andalucía, Castilla-La Mancha) y el socialismo (Cataluña, Asturias y País Vasco, las regiones industriales y mineras).
¿De qué fuerzas disponía cada bando?
Se mantuvieron fieles a la República gran parte de la Guardia de Asalto, una parte importante de la Marina (que fuel mal empleada y poco útil al desarrollo del conflicto) y la Aviación (aunque eran aparatos anticuados). Sólo se mantuvo fiel una parte del ejército, pero se contaba con las milicias de los partidos de izquierda, muy motivadas (CNT-FAI, PCE, etc.). Además contaban con las regiones industriales del país y las principales ciudades.
Por su parte, los sublevados disponían de gran parte del ejército profesional, como el ejército de África, la Legión, los Regulares, y podían reclutar marroquíes para sus fuerzas. La Guardia Civil se repartió dependiendo de las zonas. Además, podían contar con el apoyo de las milicias de Falange y los Requetés tradicionalistas.
La sublevación había fracasado. Aunque algunas zonas se habían unido a los rebeldes, aquélla no había conseguido su objetivo de derrocar al gobierno. La causa directa del comienzo de la Guerra Civil es el fracaso parcial del alzamiento.
1.2 Internacionalización del conflicto
Los acontecimientos en España no dejaron indiferente a nadie.
El
gobierno republicano contó inicialmente con la ayuda de Francia (venta
de armas), donde gobernaba otro Frente Popular formado contra el avance
del fascismo. Sin embargo, por las reticencias del gobierno británico a
enemistarse con Hitler, se creó un Comité de No Intervención, donde varias naciones europeas se comprometieron a no vender armas a los contendientes. Esto supuso un duro golpe para la República, puesto que las democracias no le prestarían apoyo pero tanto Italia como Alemania van a enviar material y hombres a los sublevados [no es una “venta”].
La ayuda alemana
consistirá principalmente en material. Así, la inicial desventaja de
los sublevados en el aire se subsanará gracias al envío de la “Legión Cóndor”,
un escuadrón de bombarderos modernos Junker y Heinkel, además de
aviones de transporte y asesores militares. Alemania quería probar la
efectividad de sus aviones y su coordinación con las acciones
terrestres.
La ayuda italiana fue de hombres y material. El Corpo di Troppe Voluntario disponía de 35.000 soldados, con aviones, tanques y artillería ligera.
Legionarios en África antes de embarcar en un Junker alemán |
Ambos
países querían contar con un régimen “amigo” en la zona estratégica del
estrecho, en previsión del conflicto que se avecinaba.
También pronto se materializó el apoyo al “bando nacional” por parte de la multinacional petrolera estadounidense “TEXACO”.
Los apoyos a la República
fueron de menor calidad y en menor cantidad. Tras el fracaso de las
negociaciones con las democracias, los contactos de los comunistas,
sobre todo gracias a Juan Negrín, se tradujeron en el envío de ayuda soviética
a través del Mediterráneo. La URSS de Stalin intentaba así no sólo
hacer negocio (envío de las reservas del Banco de España, el famoso “oro de Moscú”), sino intentar que en España se instalara un régimen socialista. El envío de material iba también acompañado de asesores militares
que en ocasiones serán también “comisarios políticos” encargados de
adoctrinar políticamente a las tropas. Esta influencia rusa será mayor
cuanto avance el conflicto y se radicalice más la izquierda republicana.
Quizá la ayuda más destacada fueron las Brigadas Internacionales, un cuerpo compuesto por voluntarios antifascistas
reclutados en diversos países, como EEUU, Reino Unido, Francia,… pero
también intervinieron italianos y alemanes (allí había desaparecido la
democracia gracias al fascismo).
Tanque soviético T-26 capturado por los nacionales |
Uno de los brigadistas llegados de fuera, en una famosísima instantánea de Robert Kappa |
Muchos de ellos eran comunistas movilizados a través de la Komintern (la III Internacional o Internacional Comunista, creada por la URSS). Quizá el escritor Ernest Hemingway ha sido el más célebre brigadista, tratando el tema en su obra “Por quién doblan las campanas”. Se abrió un centro de reclutamiento en París, pero el de adiestramiento se instaló en Albacete, donde se formaban las brigadas conforme iban llegando los voluntarios.
2. DESARROLLO DE LA GUERRA
La
sublevación triunfó en algunos lugares, pero otros no. La República se
había salvado por la movilización de los grupos de izquierda, pero el efecto sorpresa del golpe funcionó: mientras ésta quedaba paralizada, los primeros movimientos partirían de los rebeldes, que habían planeado todo.
Goded
intentó desembarcar en Barcelona y ocuparla, pero fracasó y fue
detenido. Otro de los líderes, Fanjul, fue derrotado y muerto en Madrid.
Sanjurjo, otro de los cabecillas, falleció en un accidente de aviación cuando venía desde Portugal. Así, varios líderes cayeron, allanándose el futuro camino a Franco. Mola, por su parte, tras movilizar a los requetés, se dirigió a Madrid. No hay que olvidar que el objetivo de los rebeldes no es conquistar todo el país, es derrocar el gobierno de la República y tomar el poder. La guerra civil es una consecuencia del fracaso en la toma de Madrid.
Escalofriante saldo del asalto en Madrid del cuartel de la Montaña donde se sublevó Fanjul, que resultó muerto, como sus hombres |
Sanjurjo, otro de los cabecillas, falleció en un accidente de aviación cuando venía desde Portugal. Así, varios líderes cayeron, allanándose el futuro camino a Franco. Mola, por su parte, tras movilizar a los requetés, se dirigió a Madrid. No hay que olvidar que el objetivo de los rebeldes no es conquistar todo el país, es derrocar el gobierno de la República y tomar el poder. La guerra civil es una consecuencia del fracaso en la toma de Madrid.
Franco, tras ganarse la adhesión de las Canarias, viajó en un avión británico, el Dragon Rapide a Marruecos, donde se puso al mando del ejército de África. Allí la cuestión clave era el traslado de las tropas a la península,
burlando el cerco de la marina republicana. Pero esta situación pudo
solventarse gracias a las negociaciones con Hitler y el rápido envío de
sus aviones de transporte alemanes,
pudiendo hacerse un puente aéreo Tetuán-Sevilla. En esta ciudad estaba
al mando Queipo de Llano que inició a su vez la conquista de Andalucía.
Las tropas de África se dirigieron, cubriéndose el flanco con la frontera portuguesa, hacia el norte. En Badajoz se protagonizó una de las primeras matanzas de la guerra, ya que el coronel Yagüe asesinó a unos 3000 prisioneros que hizo. Era un intento de amedrentar a la resistencia campesina y allanar el camino hacia Madrid.
Una vez controlada la zona de Talavera, Franco decidió desviar momentáneamente sus tropas para auxiliar a los sublevados del Alcázar de Toledo,
que habían quedado aislados y estaban cercados por las milicias
republicanas. Éstas fueron dispersadas con facilidad, y Franco ganó un
enorme prestigio en el ejército gracias a esta acción de socorro, pero
la operación contra Madrid se retrasaba. Mola también había sido
detenido en Guadarrama por el entusiasmo de las milicias.
Evolución de Julio a Noviembre de 1936
Situación en Noviembre de 1936, en vísperas de la batalla por Madrid
La batalla por Madrid comenzó en noviembre de 1936.
Las fuerzas puestas en combate fueron enormes, y la lucha, encarnizada.
Los métodos puestos a prueba, los más modernos: acción conjunta de
tanques y aviación, bombardeos masivos sobre la ciudad,… Ambos bandos
ponían toda la carne en el asador. El ataque comenzó por la zona de la
Ciudad Universitaria, pero ya el gobierno se había trasladado por
seguridad a Valencia.
El lema de la república era “No pasarán”, y allí acudieron milicianos de todas las partes, ahora ya algo organizados y disciplinados gracias a Miaja, y también participaron las primeras Brigadas Internacionales, algo que ayudó mucho a la moral de las tropas. El líder de la defensa sería Vicente Rojo.
También participó la famosa “columna Durruti”, compuesta por anarquistas, pero su líder falleció en los primeros combates. El entusiasmo de los voluntarios y el material soviético lograron salvar la capital del ataque de los sublevados en invierno de 1936.
Vicente Rojo |
También participó la famosa “columna Durruti”, compuesta por anarquistas, pero su líder falleció en los primeros combates. El entusiasmo de los voluntarios y el material soviético lograron salvar la capital del ataque de los sublevados en invierno de 1936.
La República se había salvado momentáneamente, pero se abría la sombra del alargamiento del conflicto.
Ante el fracaso de un ataque frontal, los rebeldes buscaron aislar la capital, rodeándola, cortando las carreteras de Valencia y Barcelona. En febrero de 1937 tuvo lugar la batalla del Jarama, donde los milicianos lograron contener, con enormes pérdidas, a los nacionales, al sureste de Madrid.
En marzo se forjó la batalla de Guadalajara. Los italianos, que habían conquistado con facilidad Málaga en febrero, solicitaron intervenir de forma autónoma en esta acción decisiva. Su prepotencia aumentó al romperse el frente republicano a través del río Henares, pudiendo conquistar Sigüenza, Jadraque, y Brihuega. Sin embargo, milicias y Brigadas lograron infligir una severa derrota a las tropas de Mussolini, deteniéndolas en las cercanías de Guadalajara (Torija). Allí intervinieron líderes míticos del bando republicano como Enrique Líster, el comunista Valentín González “El Campesino” y el anarquista Cipriano Mera.
Enrique Líster |
En marzo se forjó la batalla de Guadalajara. Los italianos, que habían conquistado con facilidad Málaga en febrero, solicitaron intervenir de forma autónoma en esta acción decisiva. Su prepotencia aumentó al romperse el frente republicano a través del río Henares, pudiendo conquistar Sigüenza, Jadraque, y Brihuega. Sin embargo, milicias y Brigadas lograron infligir una severa derrota a las tropas de Mussolini, deteniéndolas en las cercanías de Guadalajara (Torija). Allí intervinieron líderes míticos del bando republicano como Enrique Líster, el comunista Valentín González “El Campesino” y el anarquista Cipriano Mera.
"El Campesino", que luce la estrella roja comunista |
El bando rebelde decidió cambiar de táctica y dirigirse al lugar más aislado y débil de los republicanos, iniciándose la batalla del Norte. Los nacionales ocuparon Bilbao
con facilidad, cortando cualquier tipo de contacto con la frontera
afrancesa. Los vascos se negaron a combatir fuera de su territorio,
entorpeciendo así cualquier operación defensiva. El resultado: la
pérdida de su estatuto de autonomía. Poco antes, Mola había fallecido en un accidente de aviación, facilitando el mando supremo en manos de Franco.
En estas operaciones tuvo lugar otro de los momentos fatídicos del conflicto, el bombardeo de Guernica por la Legión Cóndor alemana,
el 26 de Abril. Este pueblo no era un objetivo militar, y las víctimas
civiles fueron enormes, ya que los nazis se ensañaron con esta
población, usando bombas incendiarias, para demostrar su capacidad
militar. Tal masacre y destrucción inspiraría a Picasso quizá su más
famosa e inmortal obra pictórica.
Resultado del bombardeo de Guernica |
El nuevo jefe de Gobierno, Juan Negrín, ante la imposibilidad de auxiliar dicha zona, promovió una acción de distracción que serviría para aliviar la presión sobre el norte y también sobre Madrid, la ofensiva de Brunete (Madrid), que resultó en un fracaso.
"El Campesino" dirige las brigadas mixtas durante la batalla de Brunete en Villanueva de la Cañada |
Los sublevados ocuparon Santander, a lo que la República respondió en otro lugar, en Aragón, con la ofensiva de Belchite, también fracasada. Un ejército de milicias y voluntarios tenía una enorme moral para la defensa, pero no estaba preparado para una operación ofensiva contra un ejército profesional.
A finales de 1937 los nacionales ocupaban Asturias, uno de los núcleos del socialismo, y así la República había perdido las zonas mineras e industriales, vitales para la guerra.
A principios de 1938 era la República la que tenía que replantearse su táctica. Por ello, inició la batalla de Teruel,
que fue la única capital rebelde que tomaron los republicanos, pero a
los pocos días volvían a recuperarla los nacionales. Esta batalla fue
especialmente dura por la crudeza del invierno.
Defensa de los puentes de la ciudad de Teruel, seriamente castigada durante el conflicto |
El mando rebelde aprovechó el desplazamiento de tropas a este lugar para iniciar una ofensiva hacia el Mediterráneo, y así, sin una planificación previa, las tropas franquistas lograron alcanzar Vinaroz (norte de Castellón) en abril de 1938, aislando Cataluña del resto del territorio bajo el control de la República.
Avance de los nacionales en primavera de 1938 |
Ante la gravísima situación para el gobierno republicano, el alto mando decidió preparar la operación mejor preparada de la guerra, donde se pusieron todos los medios de ambos bandos para ganar, la batalla del Ebro. La
ofensiva a través del mismo pretendía unir Cataluña y el resto del
territorio republicano y a su vez dirigirse en forma de cuña hacia el
norte. El avance tuvo éxito durante una semana, con la intervención de tanques y aviación (la República empleó lo mejor de lo que disponía), pero la reacción de los nacionales no se hizo esperar, y terminó por convertirse en un avance implacable hacia el resto de Cataluña.
A finales de 1938 comenzó un enorme éxodo republicano hacia Francia,
otro exilio masivo por razones políticas, ante el avance franquista. El
propio Azaña tuvo que huir, aunque murió poco después. La aviación
nacional atacaba estas columnas, fueran de civiles o militares,
agravando aún más las penosas condiciones de esta retirada para la
población. Los refugiados llegaron a ser unos 200.000.
Reconstrucción del cruce del Ebro en Miravet (Tarragona) |
El año de 1939
comenzaba con sombrías expectativas para la República. Barcelona caía
en enero. La dirección de la guerra no iba bien, y se habían perdido las
mejores unidades y casi todo el material en la batalla del Ebro.
La República se dividía:
1) Algunos pensaban que la guerra estaba perdida y había que entablar negociaciones con Franco, para evitar más destrucciones y muertes innecesarias.
2) Negrín opinaba que iba a estallar inminentemente (no se equivocaba) el conflicto en Europa, y así Francia y Reino Unido les ayudarían contra el fascismo. Por tanto la única esperanza era alargar el conflicto a toda costa.
En Marzo tuvo lugar en Madrid el golpe del coronel Casado contra el gobierno de la República
y los “negrinistas”, pero Franco, con todas las cartas en la mano,
exigía una rendición incondicional. Se debilitó así la defensa de la
capital, que cayó a finales de mes (Negrín huyó, pero no el líder
socialista Julián Besteiro).
Juan Negrín (izquierda), con Indalecio Prieto en el centro (PSOE) y el general Vicente Rojo |
Se inició el avance imparable por Castilla-La Mancha y el Mediterráneo, sin apenas resistencia, siendo la última ciudad republicana Alicante. Franco firmaba su último parte de guerra: el 1 de Abril de 1939 la guerra había terminado.
3. EVOLUCIÓN EN LAS DOS ZONAS, CONSECUENCIAS DE LA GUERRA E INCIDENCIA EN CASTILLA-LA MANCHA
Con el paso de la guerra, al ser el único apoyo decidido el de la URSS, ésta ganó influencia, y trató de dirigir políticamente el conflicto según sus intereses. Así desde Moscú se ordenó la disolución del POUM (comunistas trostkistas o antiestalinistas), a lo que se negó Largo Caballero (PSOE), y dimitió.
3.1 La zona republicana
Si tuviéramos que definir la evolución de la zona republicana a lo largo del conflicto en pocas palabras sería división, o también “revolución o ganar la guerra”. La
desunión entre los grupos que se oponen a la sublevación facilitará la derrota
de la República.
La represión: desde el día del alzamiento,
en las zonas que se mantuvieron fieles a la República se producirá la
represión de los sublevados y sus supuestos colaboradores. El gobierno vaciló si debía entregar armas al pueblo o no, pero el temor a que la rebelión se extendiese, hizo que al final optase por hacerlo. Gracias a ello, se sofocó la sublevación en muchos lugares,
como Madrid o Barcelona, pero los miedos del gobierno no tardaron en
materializarse: con armas, el pueblo ya no obedecía a la República. La República no tenía el control del país.
La represión iba dirigida hacia aristócratas, burgueses, militares, políticos de derecha,… Así el personaje represaliado más importante quizá fuese José Antonio Primo de Rivera,
líder de Falange (los miliarios de La Roda indican el camino que
siguieron sus restos desde Alicante a Madrid). Pero sin duda, la mayor represión en el bando republicano fue contra la Iglesia.
Se calculan unas 7000 víctimas durante toda la guerra (muchos de sus
mártires están recordados en las Iglesias, bien en las sepulturas, bien
en placas). En los pueblos se
organizaban “Tribunales populares” (como describe el texto de Hemingway
que os he puesto) que organizaban las ejecuciones. En muchas ocasiones,
no eran más que rencores hacia los más ricos del lugar.
El más detestable ejemplo de esta represión fue la masacre de Paracuellos de Jarama.
Ante el inminente asalto a Madrid por los sublevados, las autoridades,
entre ellas el comunista Santiago Carrillo, sacaron a los presos políticos de las cárceles y los ejecutaron en esta localidad madrileña. Se calculan entre 3000 y 5000 fusilados.
El total de víctimas es de unos 50.000 (los datos son más fiables, puesto que tras la guerra se intentó localizar los restos de las víctimas y guardar su memoria).
La República perdió el control del país, que pasó a los grupos más organizados, como PCE, CNT-FAI, POUM,… Estos grupos priorizaron antes la revolución que ganar la guerra, y aprovecharon el vacío de poder para protagonizar colectivizaciones de tierras (sobre todo en Aragón) y de industrias (principalmente en Cataluña). Estas ocupaciones desestructuraron la economía y provocaron el desabastecimiento
de las ciudades; hubo racionamiento y hambre en la zona republicana,
más poblada. También las regiones donde triunfaban los regionalismos,
como País Vasco y Cataluña, actuaron según sus intereses y de forma totalmente autónoma.
Respecto a la evolución política,
Casares Quiroga dimitió el mismo día del alzamiento, y fue sustituido
por José Giral (luego presidente en el exilio), aunque en septiembre de
1936 fue nombrado presidente del Gobierno Largo Caballero. Durante su mandato, su prioridad fue restablecer el control del gobierno sobre el país,
para evitar divisiones y aunar esfuerzos contra los rebeldes. Así,
logró disolver las milicias e integrar a las fuerzas de cada partido en
“brigadas mixtas”.
Vale republicano que sustituía al dinero durante la guerra |
Largo Caballero en el frente de Guadarrama |
En mayo de 1937 subió al poder Juan Negrín, médico estalinista, y bajo su mandato la influencia de la URSS llegó a su mayor punto (ilegalizó el POUM y disolvió las Brigadas Internacionales –no todos eran comunistas- en 1938).
En
1939 los republicanos se dividieron entre “casadistas” y “negrinistas”,
ya que aquél esperaba el estallido de un conflicto internacional que
salvara el régimen.
3.2 La zona sublevada
En la zona rebelde o nacional, desde el primer día, se evoluciona hacia la unidad, hacia ganar la guerra.
1. Unificación del mando militar: días después del alzamiento, se formó la Junta de Defensa Nacional de Burgos,
presidida por Cabanellas. Cada militar sublevado era todopoderoso en su
región (Franco en África, Mola en el norte, Queipo de Llano en
Andalucía,…). Tras el auxilio del Alcázar, Franco fue nombrado el 1 de octubre de 1936 Generalísimo de los Ejércitos y jefe del Estado español.
Ante la idea de una guerra corta, se favorece la acumulación de poderes
en pro de la unidad y la victoria. Ya desde la guerra se emplea la
propaganda como el título de “caudillo”, el saludo fascista, el
ensalzamiento de su figura…
2. Evolución económica:
los rebeldes tuvieron apoyo extranjero, sobre todo de Alemania, Italia o
el grupo TEXACO. Además, el dominio de las zonas agrarias y la menor
población de la zona sublevada evitaron las carestías en este bando, lo
cual le hacía ganar más apoyos. Su fortaleza crecería también gracias a
la conquista de las zonas industriales en 1937 y el apoyo de las grandes
fortunas del país. Un ejemplo fue el magnate catalán Juan
March, que proporcionó a Franco el avión con el que voló a Tetuán.
3. Unificación político-ideológica: para facilitar la victoria, se buscó practicar la censura no sólo de la prensa de izquierdas. También se abolieron libertades, estatutos, el derecho de huelga, la reforma agraria, la escuela laica,… Se buscaba hacer una “contrarrevolución”, defendiendo “propiedad, religión y orden”.
El cuñado de Franco, Serrano Súñer, promovió la formación del “Movimiento Nacional”, con el Decreto de unificación de Falange Española y las JONS con los Tradicionalistas formando FET y de las JONS.
Esta medida la facilitó la muerte de su líder, José Antonio, que fue
mitificado en todos los lugares, pero contó con la oposición de su nueva
figura destacada, Manuel Hedilla, que fue encarcelado. Luego se integrarían en este nuevo partido Renovación Española y los miembros de la CEDA. Tampoco gustó esta medida a Gil Robles, que se exilió.
Hay que destacar también el apoyo de la Iglesia. El Cardenal Gomá dio su apoyo a los nacionales en una carta, y se refirió a la sublevación como una “cruzada”.
4. Represión: desde el alzamiento, en la zona donde éste triunfó, se depuraron líderes de izquierda, sindicalistas, maestros, intelectuales,… Quizá el caso más destacado fue el fusilamiento de García Lorca
en Granada, o el encarcelamiento de Miguel Hernández, que murió en
prisión. Estas ejecuciones las solían llevar a cabo los grupos exaltados
como requetés y falangistas. Las cifras son menos fiables, puesto que algunas fosas están sin investigar aún hoy; se habla de unas 80.000 víctimas. Hay que puntualizar que la represión
llevada a cabo por el bando nacional fue más extensa en tiempo y espacio (se
realizó durante la guerra y tras la guerra).
La masacre de Badajoz fue durante la guerra el preludio de lo que vendría después.
La masacre de Badajoz fue durante la guerra el preludio de lo que vendría después.
3.3 Las consecuencias de la guerra
Se calcula entre 300.000 y 1.000.000 las víctimas de la guerra. De muchas cosas ya hemos hablado antes:
· Muertos y heridos en combate: unos 150.000 muertos y 400.000 heridos. También hay que añadir los desaparecidos.
· Represaliados: (ya los hemos dicho). También habrá tras la guerra.
· Víctimas civiles, por bombardeos, hambre o enfermedad. Las consecuencias de la guerra también afectan a la natalidad, que se reduce.
· Exiliados:
más o menos medio millón de personas. Entre ellos destacan los
exiliados a Rusia, Francia y Méjico. Los niños de Méjico o los “niños de Rusia”
eran enviados por sus padres y muchos no pudieron regresar tras el
conflicto (¿cómo iba a traer Franco a hijos de “rojos” y encima, que
habían estado en la URSS?).
Testimonio de los niños de Rusia:
http://mundo.sputniknews.com/opinion/20131111/158518484.html
Testimonio de los niños de Rusia:
http://mundo.sputniknews.com/opinion/20131111/158518484.html
· Consecuencias económicas:
destrucción del 80% de las vías de comunicación, casi la mitad de las
locomotoras y vagones de tren, el 30 % de la marina mercante, la pérdida
de 510 tm de oro del Banco de España, descenso de la producción
agrícola de un 21% y de la industrial un 31%, descenso de la renta per
cápita, destrucción del patrimonio histórico, artístico y documental,…
· Consecuencias político-sociales: la victoria de un bando provocó la aniquilación del otro, y por tanto, la creación de una sociedad y un único régimen político, la dictadura de Franco.
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