EL RÉGIMEN DE LA RESTAURACIÓN (1874-1902)
La Restauración
significó la vuelta de la monarquía liberal con la dinastía de Borbón,
en la figura del príncipe Alfonso, hijo de Isabel II. Fue la reconstrucción del
régimen liberal-burgués de la primera mitad del XIX. No fue un régimen
democrático, pues solo participaron políticamente las clases más poderosas,
siendo excluidas las clases populares. El verdadero constructor de la Restauración fue el
político Cánovas del Castillo, quien preparó el retorno de la monarquía
borbónica a España.
1. EL
ESTABLECIMIENTO DE ALFONSO XII COMO REY, Y EL FUNCIONAMIENTO DEL SISTEMA
CANOVISTA; LA RESTAURACIÓN EN CASTILLA-LA MANCHA
1.1 La Restauración de los Borbones
en España
Durante el Sexenio Democrático, la
oligarquía española se había reunido alrededor del Partido Alfonsino, liderados
por Cánovas. Difundieron la idea de que la solución al caos del Sexenio sería
el regreso de la monarquía liberal con Alfonso de Borbón. Sus apoyos procedían
de los grupos más poderosos: burguesía terrateniente, industrial y financiera
altos oficiales del ejército, aristócratas, clérigos...
A principios de diciembre de 1874
Cánovas y Alfonso de Borbón expusieron a la nación el Manifiesto de
Sandhurst, donde defendían la monarquía liberal, una nueva constitución y
la vuelta a la paz social, la convivencia y la estabilidad política. La Restauración triunfó
por el pronunciamiento del general Martínez Campos en Sagunto, a finales de
Diciembre de 1874, poniendo fin a la I República española y declarando el retorno
de la monarquía liberal. En Madrid se constituyó una Regencia presidida por
Cánovas, quien preparó la llegada de Alfonso de Borbón. En Enero de 1875
entró Don Alfonso en Madrid y fue proclamado nuevo rey de España, con el
título de Alfonso XII. Comenzaba la Restauración, que fue bien recibida por la
mayoría de la población.
Alfonso XII |
El sistema político de la Restauración está absolutamente ligado a la
figura de Antonio Cánovas del Castillo. Fue un político pragmático y
realista que buscó el consenso entre las fuerzas liberales en las que se
cimentó el régimen de la Restauración. Cánovas era partidario de mantener a los
Borbones y el viejo sistema liberal antidemocrático basado en el sufragio
censitario. Defendía la idea moderada de la soberanía compartida de Rey
y Cortes, en un punto intermedio entre el Antiguo Régimen y monarquía
democrática de 1869.
Sin
embargo, era consciente de que era necesario renovar el agotado programa de los
moderados. Estas eran las novedades que propuso:
·
Alfonso XII debía reemplazar a la
impopular Isabel II. Cánovas consiguió que la reina renunciara a sus derechos
al trono en 1870.
·
Había que terminar con las continuas intervenciones
del Ejército, fuente continua de inestabilidad política.
·
Había que crear un sistema bipartidista basado
en dos partidos burgueses que pacíficamente se fueran turnando en el poder.
Estos dos partidos serían el que él creo, el Partido Conservador, que
debía sustituir al agotado partido Moderado, y el Partido Liberal,
dirigido por el antiguo progresista Práxedes Mateo Sagasta, que sería el
heredero de los ideales de 1869 adaptados a los límites del sistema canovista.
Sagasta, fundador del Partido Liberal Fusionista o Partido Liberal |
El sistema
ideado por Cánovas estará vigente hasta Alfonso XIII, con el cual se van a
introducir varios cambios. La primera
época de la Restauración se divide en dos
periodos:
·
Reinado de Alfonso XII (1874-85)
·
La Regencia de María Cristina (1885-1902)
1.2 La
Constitución de 1876
El mismo año de la derrota del carlismo, el régimen
de la Restauración se dotó de una nueva constitución que, en lo fundamental, es
heredera de la moderada de 1845. Aunque se reunieron unas Cortes
constituyentes, su verdadero inspirador fue el propio Cánovas del Castillo:
·
Soberanía compartida Cortes con el Rey. Lo que
significaba la negación de la idea de soberanía nacional.
·
Cortes Bicamerales:
o Congreso elegido por sufragio.
o Senado en el que se representan las clases poderosas del
país: senadores “de derecho propio” (Grandes de España y jerarquías
eclesiásticas y militares) y senadores “vitalicios”, nombrados por el rey.
·
Fortalecimiento
del poder de la Corona que se constituyó como eje del Estado:
o Poder
ejecutivo: designación de los ministros y mando directo del ejército.
o Poder legislativo compartido con las
Cortes:
§ Derecho
de veto absoluto sobre las leyes aprobadas por las Cortes.
§ Poder de
convocar, suspender o disolver las Cortes.
·
Reconocimiento teórico de derechos y
libertades, que en la práctica fueron limitados o
aplazados durante los gobiernos de Cánovas.
·
No se especifica el tipo de sufragio para
elegir el Congreso. Posteriormente, bajo el gobierno del Partido Conservador de
Cánovas se aprobó la Ley Electoral de 1878 que establecía el sufragio censitario, limitado a los
mayores contribuyentes. Hasta 1890 no se consagra el sufragio universal masculino
·
Recorte de la libertad religiosa.
Religión católica es declarada religión oficial del Estado. Se toleran otros
cultos pero sólo en el ámbito privado.
Tira cómica de la revista "La Flaca" sobre la financiación de la Iglesia,
ironizando sobre los desvíos de fondos hacia el carlismo
1.3 El funcionamiento
del sistema canovista
1.3.1 El turno de partidos.
Cánovas diseñó un sistema basado en el turno pacífico de dos partidos en el poder,
imitando el modelo inglés (tories/whigs). El Partido Liberal-Conservador (Partido Conservador) se organizó
alrededor de su líder, Antonio Cánovas
del Castillo, y aglutinó a los sectores
más conservadores y tradicionales de la sociedad (a excepción de los carlistas y los integristas
más radicales). El Partido
Liberal-Fusionista (Partido Liberal)
tenía como principal dirigente a Práxedes Mateo Sagasta y reunió a antiguos progresistas, unionistas y algunos ex
republicanos moderados.
En cuanto a
su actuación política, las diferencias entre los partidos eran mínimas. En la
práctica, la actuación de ambos partidos en el poder no difería mucho, al existir
un acuerdo tácito de no promulgar nunca una ley que forzase al otro partido a
derogarla cuando regresase al gobierno.
El sistema de turno tuvo la gran virtud de garantizar la alternancia pacífica en
el poder, poniendo fin durante un largo
periodo al intervencionismo militar y a los pronunciamientos. Sin embargo,
el turno fue un puro artificio
político, destinado a mantener apartados del poder a las fuerzas que quedaban
fuera del estrecho sistema diseñado por Cánovas: las fuerzas de izquierda, el
movimiento obrero, los regionalismos y nacionalismos.
El turno en el poder no era la expresión de la voluntad de los electores, sino que los dirigentes de los partidos lo acordaban
y pactaban previamente.
Una vez acordada la alternancia, y el consiguiente disfrute del presupuesto, se producía el siguiente mecanismo:
Caricatura donde Sagasta guisa y Cánovas come, y viceversa. Pero siempre España es la que friega |
Una vez acordada la alternancia, y el consiguiente disfrute del presupuesto, se producía el siguiente mecanismo:
·
El Rey nombraba un nuevo Jefe de Gobierno y le otorga
el decreto de disolución de Cortes.
·
El nuevo gobierno convocaba unas elecciones
completamente adulteradas, “fabricaba” los resultados mediante el “encasillado”,
la asignación previa de escaños en los que se dejaba un número suficiente a la
oposición.
Este sistema de
adulteración electoral no fue único de la España de la época, el
“transformismo” en Italia y el “rotativismo” en Portugal fueron sistemas
similares.
1.3.2 El caciquismo
El fraude electoral
generalizado que caracterizó el sistema del turno tiene lugar en el
contexto de un país agrario y atrasado. La clave de la adulteración
electoral estaba en los “caciques”, que eran los encargados de llevar a la práctica los resultados electorales acordados por las elites de los partidos.
Los caciques eran personajes ricos e influyentes en la España rural
(terratenientes, prestamistas, notarios, comerciantes...), quienes
siguiendo las instrucciones del Gobernador Civil de cada provincia,
amañaban las elecciones. Los gobernadores
habían sido a su vez informados por el ministro de Gobernación de los
resultados que "debían" de salir en sus provincias, siguiendo el "encasillado" acordado por las elites políticas.
Los métodos
desplegados por los caciques durante los elecciones fueron muy
variados: violencia y amenazas; cambio de votos por favores (rebajas de
impuestos, sorteo de quintos, saldo de préstamos, agilizar expedientes
que se eternizaban en las oficinas estatales...); o simplemente trampas
en las elecciones, el conocido popularmente como el “pucherazo”.
El conde
de Romanones, ejerció un gran control en Guadalajara o las familias Ochando y
López Chicheri en la provincia de Albacete.
La
prematura muerte de Alfonso XII en 1885 abrió el período de la Regencia de
María Cristina de Habsburgo (1885-1902) hasta la mayoría de edad de Alfonso
XIII. Tras la muerte del rey, Cánovas y
Sagasta reafirmaron en el denominado Pacto
del Pardo (1885) el funcionamiento del sistema de turno.
En el
denominado "gobierno largo" de
Sagasta (1885-1890) se aprobaron diversas medidas de reforma política:
·
1887 Libertades de cátedra, asociación y prensa, suprimiendo la censura.
·
1890 Sufragio universal masculino.
Sin
embargo, el sistema de turno siguió basándose en la adulteración sistemática
de las elecciones, aunque el sufragio universal permitió que los
republicanos obtuvieran un puñado de diputados en las ciudades, donde no
funcionaba el caciquismo.
Durante
esta época, por tanto, aunque existan elecciones y Cortes, su funcionamiento se
va a ver anulado por el sistema.
La consecución del sufragio universal masculino dirige a Sagasta al triunfo |
2. OPOSICIÓN POLÍTICA AL
RÉGIMEN.
Los partidos del sistema canovista representan a un amplio sector
social, principalmente burgués, pero hay otras tendencias que ya existían,
junto a otras nuevas que aparecen ahora, que no tienen cabida en los gobiernos,
y serán discriminados y apartados del
poder. ¿Cuáles son esos grupos?
2.1 El carlismo.
La derrota militar del
carlismo en 1876 y la abolición de los fueros vasconavarros provocó un cisma o división dentro de las filas carlistas:
·
La mayoría de los exiliados
en Francia volvió a España acogiéndose al indulto decretado por el gobierno, y
decidió integrarse en el régimen de la Restauración, formando la llamada corriente
tradicionalista. Ésta aceptó a
Alfonso XII como rey y la consideración del catolicismo como religión oficial
del Estado, pese a la libertad de culto en privado.
· Sin embargo, el resto, los
llamados neocatólicos o integristas
representados por Cándido Nocedal,
siguió rechazando el sistema e incluso se separó de la obediencia a don Carlos
(Carlos VII), que llegó a negociar para poder volver a España. Crearon un
partido, la Unión Católica, que luego se uniría a los conservadores.
2.2 El republicanismo.
Desde 1868, el republicanismo se convirtió en una fuerza activa en la
vida política española. Antes de esa fecha, sus partidarios habían permanecido
en la clandestinidad de las sociedades secretas o bien integrados en el Partido
Demócrata.
El fracaso de la experiencia republicana también supuso una escisión en sus filas, que ya se había
gestado desde el inicio de la I República, como sabemos. La división tras el
golpe de Pavía los debilita y desorganiza durante largo tiempo, de modo que no
tendrán apenas éxito en las elecciones hasta finales de siglo (debido a la
implantación del sufragio universal), donde obtendrán mayoría en las ciudades
más grandes, donde el caciquismo tenía menor efectividad.
Caricatura en la que Cánovas, como don Juan, intenta
seducir a Castelar, representado como doña Inés, de que se una al
partido Conservador (Zorrilla publicó Don Juan Tenorio en los años 40)
La base social de los
republicanos eran las clases medias y populares, por lo tanto, hay muchos
objetivos en común con el movimiento obrero (ampliación del sufragio, mejora de
las condiciones laborales,…).
Los distintos puntos de vista consagrarán diferentes facciones:
·
Posibilistas de Castelar (más
conservadores). Muchos de sus miembros pasaron al partido Liberal tras la
consecución del sufragio universal en 1890.
·
Partido Progresista de Ruiz Zorrilla. De éste surgirá luego el Partido Radical de
Lerroux.
·
Republicanos federalistas de Pi y Margall. Algunos de ellos pasarán a
militar en las filas de los diversos grupos regionalistas y nacionalistas.
2.3 El movimiento obrero: anarquistas y socialistas.
La carga contra unos manifestantes, de Ramón Casas
El movimiento obrero en España nace con la creación de
la sección española de la AIT
(Asociación Internacional de Trabajadores o “La Intenacional”) durante el sexenio gracias a la labor
del anarquista Fanelli y el marxista Lafargue. Tras el golpe de Pavía en 1874
los "internacionalistas" (el movimiento obrero) fueron duramente
reprimidos. Al igual que en toda Europa, la ruptura entre Marx y Bakunin
propició la escisión de las fuerzas obreras:
·
Anarquismo
Grupo mayoritario en España.
Tras la ley de Asociaciones de 1881, aprobada por el gobierno liberal de
Sagasta, se lanzaron a una intensa actividad organizativa y de luchas sociales.
En 1881 nació la Federación de
Trabajadores de la Región Española (FTRE).
En la que destacó Anselmo Lorenzo, uno de los principales líderes de los
inicios del movimiento anarquista.
Sin embargo, el anarquismo va a dividirse en dos formas de
actuación:
- la acción directa, a través de atentados
y magnicidios. Sus hechos más conocidos fueron el asesinato del artífice del
sistema de la Restauración, Cánovas, o la bomba que colocaron en el Liceo de
Barcelona. También es famoso el proceso contra la Mano Negra (1882),
una supuesta organización terrorista de carácter anarquista, acusada de ciertas
acciones violentas en Andalucía. Nunca quedó claro si existía realmente o había
sido inventada por la prensa, o incluso por el gobierno, que así tenía pretexto
para reprimir duramente el anarquismo.
Atentado fallido contra el general Martínez Campos |
Atentado fallido contra el rey Alfonso XII |
Reconstrucción del asesinato de Cánovas por el anarquista italiano Angiolillo en el balneario de Santa Águeda en Mondragón (Guipúzcoa) |
- el anarcosindicalismo, fórmula a través de la que buscan luchar por la
mejora de la clase obrera. En 1910
nació la Confederación Nacional del Trabajo, la CNT, el mayor
sindicato español con gran fuerza entre los obreros agrícolas andaluces y los
obreros industriales catalanes. Los anarquistas defendieron una ideología
colectivista, libertaria, apolítica, anticlerical y revolucionaria.
· Socialismo
Minoritarios en nuestro país. Todavía de forma clandestina, en 1879 nació en Madrid el Partido Socialista Obrero España, PSOE, con Pablo Iglesias como principal figura. En 1888, el PSOE celebró su primer congreso y se fundó la Unión General de Trabajadores, la UGT, sindicato socialista.
Pablo Iglesias
Opuestos
a los anarquistas, los socialistas mantuvieron una ideología
colectivista, anticlerical y antiburguesa, pero más moderada que la de
la otra gran corriente del movimiento obrero español. Partidarios de la
lucha política, Pablo Iglesias fue elegido diputado en 1910.
Pablo Iglesias dando un mitin
El socialismo tendrá más arraigo dentro del proletariado industrial y minero, al encontrarse en núcleos urbanos, y su ideología, claramente marxista, se difundirá a través de las redes de “Casas del Pueblo”, que se van a ir creando.
2.4 Los nacionalismos periféricos.
Regionalismos y nacionalismos surgieron como oposiciones nuevas al
sistema de la Restauración. El regionalismo
pretendía un cierto nivel de autogobierno
en una región determinada, estableciendo como límite lo que afectase a la
soberanía de España como Estado. Se emplea “nacionalismo” cuando se desborda este límite, aunque no significa
necesariamente independentismo, ya que el ejercicio de la soberanía puede
llevar a un pueblo a optar libremente por integrarse en España.
La aparición de los nacionalismos se da por una serie de factores: la recuperación de
tradiciones con la corriente romántica, el desarrollo económico, el excesivo
centralismo y la ineficacia del gobierno de Madrid, etc.
·
El nacionalismo catalán
Cataluña y los demás reinos
de la Corona de Aragón habían perdido sus leyes y fueros particulares con los
Decretos de Nueva Planta, tras la guerra de Sucesión.
Durante el siglo XIX, el
siglo del nacionalismo en toda Europa, el sentimiento nacionalista se reavivó
entre una burguesía que estaba protagonizando la revolución industrial. El
regionalismo y el nacionalismo catalán se fueron construyendo en varias etapas:
·
En la década de 1830, en pleno período romántico, se
inicia la Renaixença, movimiento intelectual, literario y
apolítico, basado en la recuperación de
la lengua catalana.
·
En 1882, Valentí Almirall creó el Centre
Catalá, organización política que reivindicaba la autonomía y denuncia
el caciquismo de la España de la Restauración.
·
Enric Prat de la Riba fundó la
Unió Catalanista (1891) de ideología conservadora y católica. Al
año siguiente, esta organización aprueba las denominadas Bases de Manresa,
programa en el que se reclama el autogobierno y una división de competencias
entre el estado español y la autonomía catalana. Fuertemente nacionalista,
la Unió Catalanista no tuvo planteamientos separatistas.
·
En 1901 nace la Lliga Regionalista con Francesc
Cambó con principal dirigente y Prat de la Riba como ideólogo. Es un
partido conservador, católico y burgués con dos objetivos principales:
o
Autonomía política para
Cataluña dentro de España. La Lliga nace alejada de cualquier independentismo.
Cambó llegó a participar en el gobierno de Madrid, pese a no conseguir ninguna
reforma ante el cerrado centralismo de los gobiernos de la Restauración.
o
Defensa de los intereses económicos de los
industriales catalanes. Defensa de una política comercial
proteccionista.
El
catalanismo ganó fuerza tras el desastre español en la Guerra de Cuba frente a EE
UU, 1898. La burguesía catalana culpó a los políticos y gobernantes españoles
de incompetentes e ineficaces.
El nacionalismo catalán se extendió esencialmente entre la burguesía y el campesinado. Mientras
tanto, la clase obrera abrazó
mayoritariamente el anarquismo.
Enric Prat de la Riba
· El nacionalismo vasco
El nacionalismo vasco tuvo su origen en la derrota carlista en 1876. La abolición de los antiguos fueros vascos
levantó una ola de indignación entre muchos euskaldunes, contrarios al
centralismo político. Por otro lado, el desarrollo
industrial favoreció una masiva llegada de inmigrantes castellanos (maketos) rompiendo con la tradicional
sociedad rural vasca. Los caseríos y los pastores se sustituyeron por los altos
hornos y los obreros industriales lo que fue visto como una amenaza hacia las tradiciones y costumbres vascas.
El principal ideólogo del nacionalismo vasco fue Sabino Arana, quien fundó el PNV en 1895. La ideología de Arana se basaba en los principios de la raza vasca, del euskera, de los fueros y de la religión (Arana era ultracatólico). Su integrismo religioso católico se ve en su
afirmación de que “Euskadi se establecerá sobre una completa e
incondicional subordinación de lo político a lo religioso, del Estado a la
Iglesia”, o “el fin que persigo es el de conducir al pueblo vasco hacia Dios”.
El lema del PNV será “Dios y Leyes Viejas”, un claro elemento de continuidad con el carlismo.
Arana defendía la total independencia de Euskadi, la separación de España para
construir un Estado soberano (incluyendo el País Vasco francés). Otros miembros
del PNV eran más moderados y exigían autonomía administrativa y
descentralización política.
Por tanto, el nacionalismo vasco se diferencia del
catalán en sus principales postulados,
racismo, independentismo y conservadurismo, así como en su base social, ya que se
extendió sobre todo entre la pequeña y
media burguesía, y en el mundo rural. La gran burguesía industrial y
financiera se distanció del nacionalismo, y el proletariado, procedente en su mayor parte de otras regiones
españolas, abrazó mayoritariamente el socialismo.
Su influencia es mayor en Vizcaya y Guipúzcoa y menor en Álava y Navarra.
El nacionalismo o regionalismo gallego y valenciano,
finalmente, fueron fenómenos muy minoritarios.
3. LA CRISIS DEL 98 Y LIQUIDACIÓN DEL IMPERIO COLONIAL.
3.1 Los antecedentes:
Poco después de la caída de Isabel II, en octubre de 1868, tras el “Grito de Yara”
se inicia la denominada “Guerra Larga” en Cuba, que supuso uno de los
asuntos más complejos del Sexenio Revolucionario. Ya en época de Alfonso
XII, y tras la derrota del carlismo, el régimen se empleó a fondo con
la cuestión cubana, logrando cerrar la guerra con la Paz de Zanjón (1878), en la que el general Martínez Campos concedía una amnistía y promesas de autogobierno, que jamás llegaron a materializarse.
Pero lo que sí llegó a cristalizar fue el Partido Liberal Cubano, integrado por criollos, que luchó por aumentar su autonomía.
En 1893 el Proyecto de Autonomía para Cuba realizado por Maura fue rechazado, pues era algo difícil de aceptar por los conservadores, siempre defensores del centralismo.
En 1893 el Proyecto de Autonomía para Cuba realizado por Maura fue rechazado, pues era algo difícil de aceptar por los conservadores, siempre defensores del centralismo.
A partir de entonces es cuando aparecen posturas más radicales que buscan ya la independencia, como el Partido Revolucionario Cubano de José Martí,
el auténtico héroe o personaje mitificado de la independencia, que
murió luchando contra los españoles, igual que otro de los líderes,
Antonio Maceo.
En 1895 se puso en marcha el apresuradamente aprobado estatuto de autonomía de la isla, pero ya era tarde: con el “Grito de Baire” se iniciaba la guerra de tres años que finalizaría con la independencia de Cuba.
De
nuevo se envió a Martínez Campos, que afrontó los combates en
condiciones difíciles (enfermedades, desabastecimiento,…) y siempre
hostigado por la táctica de guerrillas de los insurrectos.
Tropas españolas en Cuba |
Desde el principio del nuevo conflicto EEUU apoya a los rebeldes, ya que tiene claros intereses comerciales
en isla: no sólo colocar sus productos manufacturados allí, sino
abastecerse allí de productos tropicales, como azúcar, café y tabaco.
En 1897 pasa a hacerse cargo de las operaciones el general Valeriano Weyler,
que pronto pudo ver que no podría hacerse con el control de la isla
mientras no fuera “limpiando” de rebeldes parte por parte de la misma.
Como éstos se infiltraban por zonas de bosque y eran apoyados por la
población civil, Weyler decidió dividir Cuba en compartimentos estancos,
es decir, estableció de un extremo de la isla al otro, de modo que una
vez neutralizados los insurgentes en una región, ésta estuviese siempre
bajo control español y no pudiesen volver allí los rebeldes.
El general Valeriano Weyler |
Para
evitar el apoyo a la rebelión por parte de los civiles, los obligó a
desplazarse a zonas controladas por los españoles, lo que suponía el
abandono de ciertas poblaciones dispersas y haciendas. Los cubanos
permanecieron hacinados en los primeros “campos de concentración”
de la historia contemporánea, que tristemente se saldaron con una
fuerte mortandad debido a la difusión de epidemias (como el cólera) y la
falta de abastecimiento (100.000 personas).
Gracias a estas medidas, Weyler logró un control casi total de la isla, pero los acontecimientos iban a cambiar de dirección con la intervención de EEUU en el conflicto.
Gracias a estas medidas, Weyler logró un control casi total de la isla, pero los acontecimientos iban a cambiar de dirección con la intervención de EEUU en el conflicto.
El presidente Cleveland había hecho una oferta de compra de la isla al gobierno, pero ese año subió al poder Mc Kinley, más agresivo, y decidido a expulsar a los españoles de Cuba.
Sagasta ocupó el poder tras el asesinato de Cánovas (1897) y deseando cerrar el conflicto antes de la intervención de EEUU, aprobó una autonomía plena.
Sin embargo, los cubanos, ahora liderados por Máximo Gómez, exigieron para la negociación la destitución
del odiado Weyler, y su sustituto, el general Blanco, perdió en semanas
lo que tardó un año en ser controlado, debilitando así la postura
gubernamental.
Estando la “cuestión cubana” a punto de zanjarse, EEUU no tenía otra opción que intervenir directamente. Así, en febrero de 1898 el acorazado Maine, que llegó al puerto de La Habana supuestamente para “proteger los intereses comerciales” de EEUU, fue hundido misteriosamente.
Algunos piensan que fueron los separatistas cubanos, para provocar el
conflicto, pero recientemente un estudio de los restos demostró que la
explosión se produjo desde dentro del casco, quizá provocada por los
mismos yanquis. Los norteamericanos atribuyeron la autoría del atentado a
España, así que el hecho es que fue el “casus belli” (pretexto) para la guerra que EEUU necesitaba.
El acorazado Maine entra en la bahía de La Habana
De hecho, desde un tiempo antes un nuevo poder fue caldeando los ánimos para la guerra. Estamos hablando del papel de la prensa,
probelicista en ambos países. En España se propagó un “nacionalismo
irresponsable” bajo la creencia de nuestra superioridad, mientras que en
EEUU los grupos dirigidos por Hearst y Pulitzer instigaban a favor de
la intervención y culpaban del incidente a los españoles. Así lograban
vender enormes tiradas de periódicos.
EEUU ofreció una oferta de compra
de la isla por 300 millones de dólares, que fue rechazada (Cuba era
fundamental para nuestro comercio y nuestra industria), así que exigió
un ultimátum al gobierno español que incluía la concesión de la soberanía para Cuba, algo claramente inaceptable. La guerra fue declarada el 20 de Abril. Mucha gente en España creía que era necesaria y sería favorable…
Mientras tanto, la situación en Filipinas
tampoco estaba calma. El general Polavieja había sofocado recientemente
unas insurrecciones contra el poder español, y ejecutado al líder e
intelectual José Rizal,
creador de la Liga Filipina, que no había participado en el conflicto.
El 1 de mayo nuestra flota de barcos de madera fue aniquilada por la
moderna armada yanqui, en el llamado desastre de Cavite. Manila fue ocupada más tarde, el 14 de agosto, cuando todo estaba decidido.
José Rizal
Entre tanto, la flota española, anclada en el puerto de Santiago de Cuba, fue bloqueada por la estadounidense. Se ordenó salir al almirante Cervera,
que ya antes lo había dado todo por perdido, y sus barcos fueron
hundidos uno a uno (“tiro al pato” lo describió la prensa yanqui). 370
españoles murieron, hubo 150 heridos y 1500 prisioneros, frente a un
único estadounidense fallecido. Está claro que nuestra armada estaba
anticuada y jamás tuvo al alcance los barcos de metal enemigos. Este
éxito permitió a los norteamericanos ocupar Puerto Rico en Julio, y a expulsar a los españoles de Cuba apoyando a los rebeldes.
Ilustración reconstruyendo la batalla de Cavite en Filipinas |
Monumento a los marinos en Cavite y Santiago de Cuba, junto al puerto de Cartagena |
Las tropas yanquis luchan contra las españolas en Cuba |
España no contó con el apoyo de ninguna potencia, ya que durante la Restauración se estableció en política exterior la llamada “política de recogimiento”, es decir, neutralidad en medio de una época de conflictos coloniales, entre Francia, Reino Unido y posteriormente, Alemania.
Tras estas aplastantes derrotas, el gobierno español tuvo que someterse a todas las exigencias yanquis. Se firmó el Tratado de Paz de París (10-XII-1898) por el que concedía la soberanía a Cuba y cedía a EEUU Filipinas, Guam y Puerto Rico. El resto del imperio colonial (archipiélagos en el Pacífico: las Marianas, las Carolinas y las Palaos) fue vendido a Alemania al año siguiente.
Tras estas aplastantes derrotas, el gobierno español tuvo que someterse a todas las exigencias yanquis. Se firmó el Tratado de Paz de París (10-XII-1898) por el que concedía la soberanía a Cuba y cedía a EEUU Filipinas, Guam y Puerto Rico. El resto del imperio colonial (archipiélagos en el Pacífico: las Marianas, las Carolinas y las Palaos) fue vendido a Alemania al año siguiente.
"Los
últimos de Filipinas" fueron un grupo de españoles aclamado a su vuelta
a España, que resistió luchando un año más en una iglesia del apartado
distrito de Baler sin conocer que la guerra ya había acabado
3.3 Las consecuencias del “desastre de Cuba”:
Los restos del viejo Imperio donde “no
se ponía el sol” se habían perdido. Las nuevas potencias industriales
relevaban a las viejas, y un nuevo imperialismo basado en la
industrialización sustituía al antiguo colonialismo proteccionista. Una
sensación de derrota invadía España.
1. La primera consecuencia del desastre es el viraje en política exterior: sólo quedaba una alternativa, la intervención en África, una línea que se desarrollará ya con Alfonso XIII.
2. Quizá la consecuencia más relevante fue la enorme crisis moral
que se extendió por todo el país. La antigua gloria dejaba paso a un
futuro con incertidumbre. Este abatimiento cristalizó en la generación del 98, que constituyó la llamada “Edad de Plata” de las letras españolas, con autores como Unamuno, Pío Baroja, Valle-Inclán, etc.
3. Había que analizar las causas del fracaso. Las críticas al sistema de la Restauración hicieron brotar la corriente del Regeneracionismo,
un afán de renacer, bajo unos nuevos supuestos, ante el ya evidente
atraso de España. Los viejos políticos de la Restauración dejarán paso a
otras nuevas personalidades, ya con Alfonso XIII, pero sin tocar las
bases del país. Importantes figuras de este pensamiento serán Joaquín Costa, o F. Silvela, que describió muy bien la situación del país en su artículo “España sin pulso”.
4. Auge
de las tendencias políticas nacionalistas, como respuesta a la mala
gestión del gobierno. Esto ocurre principalmente debido a que la región
más perjudicada por la pérdida de las colonias es Cataluña y su
industria.
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