Joaquín Costa: la
tierra y la cuestión social (PAEG)
El
pueblo gime en la misma servidumbre que antes, la libertad no ha penetrado en
su hogar, su mísera suerte no ha cambiado en lo más mínimo, como no sea para
empeorar (…), el régimen liberal ha hecho bancarrota.
¿Y
sabéis por qué? Porque esa libertad no se cuidaron más que de escribirla en la
“Gaceta”, creyendo que a eso se reducía todo; porque no se cuidaron de
afianzarla dándole cuerpo y raíz en el
cerebro y en el estómago; en el cerebro, mejorando y universalizando la
instrucción, en el estómago, promoviendo una transformación honda de la
agricultura, que la haga producir doble que al presente y disminuya el precio
de las subsistencias, y, mediante la difusión de la propiedad territorial,
elevando a los braceros a la condición de terratenientes.
Se contentaron con la sombra,
olvidando la verdadera sustancia de la libertad y su verdadera garantía, que se
hallan en la escuela y en la despensa; y el fracaso era inevitable.
No vieron que la libertad sin garbanzos no es libertad. No vieron que por
encima de todas las Constituciones y de todos los derechos individuales y de
todas las urnas electorales, el que tiene la llave del estómago tiene la llave
de la conciencia, y, por tanto, que el que tiene el estómago dependiente de
ajenas despensas no puede ir a donde quiere; no puede hacer lo que quiere, no
puede pensar como quiere; no puede el día de las elecciones votar a quien
quiere; no reflexionaron que el que no sabe es como el que no ve, y el que no
ve tiene que ir conducido por un lazarillo (…) Esto lo vieron claramente los
hombres de Estado de 1873, preocupándose tanto como de la reforma política, de
la reforma social cuando todavía podía ser sazón de que fructificase pacífica y
evolutivamente, sin los grandes trastornos y conmoción que ahora nos amenazan y
que empiezan a alarmar a todos los partidos (…)
JOAQUÍN COSTA: “La tierra y la
cuestión social”. 1902
Oligarquía y
caciquismo: la visión de Joaquín Costa
“Con
esto, llegamos por la mano a determinar los factores que integran esta forma de
gobierno y la posición que cada uno ocupa respecto de los demás.
Estos
componentes exteriores son tres: l ° Los oligarcas (los llamados primates),
prohombres o notables de cada bando, que forman su “plana mayor”(1),
residentes ordinariamente en el centro; 2° Los caciques, de primero, segundo o
ulterior grado, diseminados(2) por el territorio; 3° El gobernador-
civil que les sirve de órgano de comunicación y de instrumento. A esto se
reduce fundamentalmente todo el artificio bajo cuya pesadumbre gime rendida y
postrada la nación.
Oligarcas
y caciques constituyen lo que solemos denominar clase directora o gobernante,
distribuida y encasillada en ‘partidos’. Pero aunque se lo llamemos, no lo es;
si lo fuese, formaría parte integrante de la nación, sería orgánica
representante de ella, y no es sino un cuerpo extraño(3), como
pudiera serlo una facción (4) de extranjeros apoderados por la
fuerza de ministerios, capitanías, telégrafos, ferrocarriles, baterías(5)
y fortalezas(6) para imponer tributos y cobrarlos.
En
las elecciones (…), no es el pueblo, sino las clases conservadoras y
gobernantes, quienes falsifican el sufragio y corrompen el sistema, abusando de
su posición, de su riqueza, de los resortes de la autoridad y del poder que,
para dirigir desde él a las masas, les había sido entregado”.
(...)
Contener el movimiento de retroceso y africanización absoluta y relativa que
nos arrastra cada vez más lejos, fuera de la órbita en que gira y se
desenvuelve la civilización europea; llevar a cabo una total refundición del Estado español sobre el patrón europeo(7),
que nos ha dado la historia y a cuyo empuje hemos sucumbido(...) o, dicho de
otro modo, fundar improvisadamente en la Península una España nueva, es decir,
una España rica y que coma, una España culta y que piense, una España libre y
que gobierne."
JOAQUÍN
COSTA: Oligarquía y caciquismo como la forma actual de gobierno en España.
Madrid, 1901.
(1) la “plana
mayor” del ejército o la política son los máximos dirigentes, los que toman las
decisiones más importantes
(2) dispersos
(3) algunos
ilustrados tampoco consideraban al clero como parte del “cuerpo” de la nación
(corporativismo), sino ajeno a él, porque lo explotaban, y algo que “destruye”
a un ser, no “puede” formar parte del mismo,…
(4) grupo
(5) defensas y
cañones de costa
(6) defensas
terrestres
(7) una
característica del pensamiento de Costa es seguir el rumbo marcado por Europa
Las críticas del
general Polavieja
“Mi
querido amigo:
Noto
con gusto que no a todos los españoles falta, en estas horas tan tristes para
nuestra Patria, lo que se ha llamado la dignidad del infortunio, y que tras de
las clases sociales (…) palpita, llena de anhelos de mejora y de enmienda, una
España que no se resigna a morir.
Es
imposible seguir así: los organismos que dirigen son impotentes para la
reconstitución deseada por todos. Persistir en no rectificar nuestro sistema
político, sería condenarnos a una postración vergonzosa, y tras de ella a una
muerte segura.
Ningún
organismo público responde bien a los fines que ha de cumplir. En la enseñanza,
en la justicia, en la administración, en todo, impónense transformaciones
radicales, (…) Hay que elevar la cultura del país convirtiendo la enseñanza de
bachilleres y doctores en educación
de hombres formados para las luchas de la vida y de ciudadanos útiles a su
Patria. Hay que organizar los Tribunales… Hay que restaurar la Hacienda fundándola en prácticas de
sinceridad. Y hay sobre todo, que purificar nuestra administración, imponer desde lo más alto a lo más bajo las
ideas del deber y de la responsabilidad, y destruir sin compasión y sin
descanso ese afrentoso caciquismo de que me repugna hablar (…)
Necesidad
imperiosa es que la vida económica del país se desenvuelva sin las trabas de
una centralización que levanta entre
nosotros ya alarmantes protestas. Ha de estar ciego el que no vea que casi todas
las regiones de España, en particular
las que se aventajan por su cultura, su laboriosidad y su riqueza, mirando
quizá más a los efectos que a las causas, atribuyen a la índole misma y a la
organización del poder central los malos resultados de la política seguida
hasta aquí.
De
usted afectísimo, Camilo G. de Polavieja. Madrid, 10 de septiembre de 1898”
Los males de
España, según el propio Rey
En
este año me encargaré de las riendas del Estado, acto de suma trascendencia tal
como están las cosas porque de mí depende si ha de quedar en España la
monarquía borbónica o la república; porque yo me encuentro el país quebrantado
por nuestras pasadas guerras, que anhela por un alguien que lo saque de esa
situación. La reforma social a favor de las clases necesitadas, el ejército con
una organización atrasada a los adelantos modernos, la marina sin barcos, la
bandera ultrajada, los gobernadores y alcaldes que no cumplen las leyes, etc.
En fin, todos los servicios desorganizados y mal atendidos. Yo puedo ser un rey
que se llene de gloria regenerando a
la patria, cuyo nombre pase a la Historia como recuerdo imperecedero de su
reinado, pero también puedo ser un rey que no gobierne, que sea gobernado por
sus ministros y por fin puesto en la frontera (…). Yo quiero reinar en España
como Rey justo. Espero al mismo tiempo regenerar la Patria y hacerla, si no
poderosa, al menos buscada, o sea, que la busquen como aliada. Si Dios quiere
para bien de España.
Diario de Alfonso
XIII, 1 de enero
de 1902.
La revolución
desde arriba de Antonio Maura
(…)
he dicho y repito que España entera necesita una revolución en el gobierno
radicalmente, rápidamente, brutalmente; tan brutalmente que baste para que los
que estén distraídos se enteren, para que nadie pueda ser indiferente y tengan
que pelear hasta aquellos mismos que asisten con resolución de permanecer
alejados (…).
No;
más que nunca es ahora necesario restablecer aquella ya casi olvidada, de
tiempo que ha que fue perdida, confianza entre gobernantes y gobernados; y ya
no hay más que un camino, que es la revolución audaz, la revolución temeraria
desde el Gobierno, porque la temeridad es, no obra de nuestro albedrío, sino
imposición histórica de los ajenos desaciertos. Nunca habría sido fácil la
revolución desde el Gobierno, nunca habría sido recomendable, si hubiera podido
dividirse la facultad y esparcirse la obra en el curso del tiempo; pero cada
día que pasa, desde 1898, es mucho más escabrosa, mucho más difícil, y el éxito
feliz mucho más incierto; y no está lejano el día en que ya no quede ni ese
remedio (…).
A.MAURA, Treinta y cinco años de vida pública, 1902-1913.
Madrid, 1917
Ley de jurisdicciones
Art.
3º: Los que de palabra o por escrito, por medio de la imprenta, grabado u otro
medio mecánico de publicación, en estampas, alegorías, caricaturas, emblemas o
alusiones injurien u ofendan clara o encubiertamente al Ejército o a la Armada o a Instituciones,
armas, clases o cuerpos determinados de los mismos, serán castigados con la
pena de prisión correccional […]
Art.
7º: Los de atentado o desacato a las autoridades militares, los de injuria y
calumnia a éstas y a las corporaciones o colectividades del Ejército,
cualquiera que sea el medio de empleado para hacer cometer el delito, con
inclusión de la imprenta, el grabado u otro medio mecánico de publicación,
siempre que dicho delito se refiera al Ejército de destino o mando militar,
tienda a menoscabar su prestigio o a relajar los vínculos de disciplina y
subordinación en los organismos armados, y los de instigación a apartarse de
sus deberes militares a quienes sirvan o estén llamados a servir en aquella
institución […]
Ley
de Jurisdicciones, Madrid, 23 de Marzo de 1906
Manifiesto de los “jóvenes
bárbaros”
Rebelaos contra todos; no hay
nadie o casi nadie justo […].
Sed arrogantes como si no
hubiera en el mundo nadie más fuerte que vosotros, no lo hay. La semilla más
menuda prende en la grieta de granito, echa raíces, crece, hiende en la peña,
rasga la montaña, derrumba el castillo secular […] triunfa. Sed imprudentes,
como si estuvieseis por encima del Destino y la Fatalidad. Sed
osados y valerosos, como si tuvieseis atadas a vuestros pies la Victoria y la Muerte. Sois la vida
que se renueva, la naturaleza que triunfa, el pensamiento que ilumina, la
voluntad que crea, el amor eterno […]
Jóvenes bárbaros de hoy, entrad
a saco en la civilización decadente y miserable de este país sin ventura,
destruid sus templos, acabad con sus dioses, alzad el velo a las novicias y
elevadlas a la categoría de madres para virilizar la especie, penetrad en los
registros de la propiedad y haced hogueras con sus papeles para que el pueblo
purifique la infame organización social, entrad en los hogares humildes y
levantad legiones de proletarios, para que el pueblo tiemble ante jueces
despiertos.
Hay que hacerlo todo nuevo, con
los sillares empolvados, con las vigas humeantes de los viejos edificios
derrumbados, pero antes necesitamos la catapulta que abata muros y el rodillo
que nivele solares.
LERROUX, A.: Rebeldes, rebeldes.
Barcelona, 1906
Moción de la Asamblea Obrera de Tarrasa (Semana
Trágica).
Considerando
que la guerra es una consecuencia fatal del régimen de producción capitalista;
considerando, además, que dado el sistema español de reclutamiento del
ejército, solo los obreros hacen la guerra que los burgueses declaran, la
Asamblea protesta enérgicamente:
1.
Contra la acción del gobierno español en Marruecos.
2.
Contra los procedimientos de ciertas damas de la aristocracia que insultaron el
dolor de los reservistas, de sus mujeres y de sus hijos, dándoles medallas y
escapularios, en vez de proporcionarles los medios de subsistencia que les
arrebatan con la marcha del jefe de familia.
3.
Contra el envío a la guerra de ciudadanos útiles a la producción y, en general,
indiferentes al triunfo de la cruz sobre la media luna, cuando se podrían
formar regimientos de curas y frailes que, además de estar directamente
interesados en el éxito de la religión católica, no tienen familia ni hogar, ni
son de utilidad alguna al país […].
Compromete
a la clase obrera a concentrar todas sus fuerzas por si hubiera de declarar la
huelga general para obligar al gobierno a respetar los derechos que tienen los
marroquíes a conservar intacta la independencia de su patria.
21 de julio de 1909
La neutralidad
española
La
burguesía industrial, financiera, comercial, se enriqueció meteóricamente; era
un frenesí de ganancias lo que producía la guerra; todo se vendía sin importar
el precio; y la burguesía, deslumbrada por estas ganancias fáciles y rápidas,
que rebasaban con mucho todo lo que había soñado, se preocupó únicamente del
negocio inmediato. (…) Nadie se preocupó del futuro y, cuando la guerra
terminó, esta burguesía se halló desbancada, sin poder competir con los demás
países, por no haber reestructurado de base sus medios de producción(1).
Y éste que pudo ser el gran momento para la economía española fue desperdiciado
al no realizar (…) la reconversión necesaria(2).
J.A. LACOMBA, Ensayos sobre el siglo XX español, 1972
(1) por
ejemplo, invirtiendo en tecnología
(2) ¿no te
recuerda esta circunstancia al boom económico de hace pocos años con la
construcción?
La asamblea de
parlamentarios catalanes (5 de julio de 1917)
Seguidamente
se dio lectura a las dos proposiciones presentadas (…). La segunda disposición
la firmaban los señores (…). En ella se proponía:
Primero:
proclamar la necesidad de organizar un régimen de amplia autonomía
administrativa de todos los municipios para que puedan desenvolverse con
libertad y respondan a sus fines naturales.
Segundo:
proclamar asimismo la necesidad de organizar un régimen de amplia autonomía
administrativa de las demás regiones españolas que contribuya al
desenvolvimiento de todos sus elementos componentes, sin mengua de la unidad
nacional.
Tercero:
declarar que el Parlamento español debe reunirse cuanto antes para dar
efectividad legal a las anteriores conclusiones y resolver los demás problemas
planteados actualmente. En consecuencia, esperan que el Gobierno, compenetrado
con este deseo, hará la convocatoria en el momento que a su juicio las
circunstancias lo consientan.
ABC, Madrid, 7 de julio de 1917 (en
Juan Antonio Lacomba,
La crisis española
de 1917, Madrid,
Ciencia Nueva, 1970)
Manifiesto conjunto UGT-CNT en
1917. (PAEG)
Mas,
a pesar de nuestras advertencias serenas, de nuestras quejas metódicas y
fundamentadas y de nuestras protestas, tal vez más prudentes y mesuradas de lo
que exige la agudeza de los dolores que el país padece, es lo cierto que cada
día que pasa representa para el proletariado una agravación creciente de la
miseria ocasionada por la carestía de las subsistencias y por la falta de
trabajo.
(
... ) El proletariado organizado ha llegado así al convencimiento de la
necesidad de la unificación de sus fuerzas en una lucha común contra los
amparadores de la explotación, erigida en sistema de gobierno. Y respondiendo a
este convencimiento, los representantes de la Unión General de Trabajadores y
los de la Confederación Nacional del Trabajo han acordado por unanimidad:
1)
Que, en vista de[ examen detenido y desapasionado que los firmantes de este
documento han hecho de la situación actual y de la actuación de los gobernantes
y del Parlamento, no encontrando, a pesar de sus buenos deseos, satisfechas las
demandas formuladas por el último congreso de la Unión General de Trabajadores,
y con el fin de obligar a las clases dominantes a aquellos cambios
fundamentales de sistema que garanticen al pueblo el mínimo de las condiciones
decorosas de vida y de desarrollo de sus actividades emancipadoras, se impone
que el proletariado emplee la huelga general, sin plazo limitado, como el arma
más poderosa que posee para reivindicar sus derechos.
2) Que a partir de este momento, sin interrumpir su acción constante de reivindicaciones sociales, los organismos proletarios, de acuerdo con sus elementos directivos, procederán a la adopción de todas aquellas medidas que consideren adecuadas al éxito de la huelga general, hallándose preparados para el momento en que haya de comenzar este movimiento.
2) Que a partir de este momento, sin interrumpir su acción constante de reivindicaciones sociales, los organismos proletarios, de acuerdo con sus elementos directivos, procederán a la adopción de todas aquellas medidas que consideren adecuadas al éxito de la huelga general, hallándose preparados para el momento en que haya de comenzar este movimiento.
Madrid, 27 de marzo de 1917
Manifiesto del
comité de huelga el 12 de Agosto de 1917
A
los obreros y a la opinión pública: ha llegado el momento de poner en práctica,
sin vacilación alguna, los propósitos anunciados por los representantes de la Unión General de Trabajadores y la Confederación Nacional del Trabajo en el
manifiesto suscrito por estos organismos en el mes de marzo último. Durante el
tiempo transcurrido desde esta fecha al momento actual, la afirmación hecha por
el proletariado de demandar, como remedio de los males que padece España, un cambio
fundamental de régimen político ha sido corroborada por la actitud que
sucesivamente han ido adoptando importantes organismos
nacionales, desde la enérgica afirmación de la existencia de de las Juntas de Defensa del Arma de
Infantería, frente a los intentos de disolución de esos organismos por los
Poderes públicos, hasta la Asamblea de
Parlamentarios celebrada en Barcelona el 19 de julio, y la adhesión a las
conclusiones de esa Asamblea de numerosos ayuntamientos,
que dan público testimonio de las ansias de renovación que existen en todo el
país.
(…)
Pedimos la constitución de un Gobierno Provisional que asuma los poderes
ejecutivo y moderador, y prepare, previas las modificaciones imprescindibles en
una legislación viciada, la celebración de unas elecciones sinceras, de unas Cortes
Constituyentes que aborden en plena libertad los problemas fundamentales de la
constitución política del país. Mientras no se haya conseguido ese objetivo, la
organización obrera se halla absolutamente decidida a mantenerse en su actitud
de huelga. (…). ¡Viva España!
Madrid, 12 de agosto de 1917.
Comité Nacional de UGT y del PSOE
Evolución de la
conflictividad social desde la “Gran Guerra”
HUELGAS
|
HUELGUISTAS
|
|
1914
|
212
|
76.373
|
1915
|
169
|
35.413
|
1916
|
237
|
159.667
|
1917
|
306
|
85.902
|
1918
|
463
|
163.078
|
1919
|
895
|
198.733
|
1920
|
1.060
|
264.080
|
Condiciones de vida en el campo
andaluz
Los
que suscriben, en representación de la Sociedad de agricultores y similares, […],
y en el deseo de que el Instituto pueda hacer un minucioso estudio para la
elaboración de un proyecto de Ley que dé satisfacción en la mayor cantidad
posible a los obreros agrícolas en Andalucía, tienen el honor de exponer lo
siguiente:1.º Que el origen de los actuales conflictos es motivado por la
carestía de las subsistencias, de una parte, y de otra la intransigencia de la
clase patronal, opuesta siempre a conceder aumentos en los salarios en
proporción a cómo en esta provincia están las subsistencias […].[…] el jornal
en metálico es el mismo, y además en especies (aceite, vinagre, ajos y sal),se
les da una cantidad no mayor de 40 céntimos. En lo que afecta a los
alojamientos (dormitorios), son pésimos, y ninguno, por lo regular, reúne
condiciones de salubridad […].
Memoria
para el Instituto de Reformas Sociales. Montilla, 19 de febrero de 1919
La guerra de
Marruecos
Octubre,
1921. El día dos salieron las columnas de Nador(1) para operar sobre
Sengangan (…). Las columnas iban mandadas por los generales Berenguer, Sanjurjo
y Cabanellas, que se diseminaron por el campo convenientemente. Tan pronto se
inició el combate, parecía el campo un monstruoso incendio. Las tropas de línea
dejaban oír el tableteo de sus fusiles y ametralladoras. Las baterías(2)
emplazadas en diferentes sitios disparaban sobre sus objetivos sin
interrupción. Los aeroplanos descargaban su metralla e iban y venían a Melilla
(…). Un aeroplano que volaba en dirección al campo enemigo, se le cayó
inmediatamente una de las bombas, que cayó desgraciadamente entre los nuestros,
matando e hiriendo a más de treinta soldados. Por fin se consiguió ocupar
Sengangan estableciendo posiciones con consistentes alambradas, no sin haber
sufrido el quebranto de innumerables bajas(3) entre los nuestros.
Diario de un soldado de ingenieros
de guarnición en Zaragoza destinado a Marruecos. Marruecos, 1921.
(1) Gran ciudad
del norte de Marruecos muy cerca de Melilla.
(2) cañones
(artillería)
(3) muertos y
heridos
El Expediente
Picasso
(…)
la desmesurada extensión de las diversas líneas militares tendidas en el
territorio (…) la existencia de las cabilas armadas dejadas a retaguardia;
pretender en tales condiciones adelantar temerariamente en el territorio
insumiso y foco de la rebeldía sin medios adecuados ni preparación política,
fiando en el azar y contando con la estrella, en demanda de la bahía de
Alhucemas (…); fiar la seguridad del territorio de retaguardia al cúmulo de
posiciones dispersas, deficientemente organizadas, mal abastecidas y
guarnecidas, con disgregación de las fuerzas y constituyendo en sí mismas grave
cuidado y compromiso; la falta de líneas escalonadas de apoyo para el caso de
un obligado repliegue, eventualidad descartada de los cálculos del mando; y una
vez provocados los sucesos, la acumulación apremiada en el frente, amenazado de
todas las fuerzas disponibles de la región, con desguarnecimiento de la
retaguardia y de la plaza, haciendo irreparable, por el fatal concierto de
todas dichas circunstancias, las consecuencias del descalabro y de la
desastrosa retirada, sobrevenida impensadamente para el Mando (…).
Se
abandona la posición con todos sus elementos, sin órdenes, sin instrucciones,
con prisas, sin conocer plan ni dirección, revueltas todas las fuerzas,
confundidas, sin jefes, puede decirse, acosados por el enemigo y sin más idea
visible que la de la salvación individual por la huida, vergonzosa en unos,
inexplicable en otros y lamentable en todos, siendo inútiles los esfuerzos de
unos cuantos para contener esta avalancha, que tan impremeditadamente se había
dejado desbordar.
Es
imposible hacer la descripción exacta de este momento de pánico, descrito de
tan diversos modos por los diferentes testigos, que de ello no se saca más que
una triste impresión de dolor.(1)
(1)
Sólo estos dos últimos párrafos
conforman el texto apuntado para la PAEG.
Proclama del golpe
de estado de Primo de Rivera
Al
país y al Ejército:
ESPAÑOLES:
Ha llegado para nosotros el momento más temido que esperado (porque hubiéramos
querido vivir siempre en la legalidad y que ella rigiera sin interrupción la
vida española) de recoger las ansias, de atender el clamoroso requerimiento de
cuantos, amando la patria, no ven para ella otra solución que libertarla de los
profesionales de la política, de los hombres que por una u otra razón nos
ofrecen un cuadro de desdichas e inmoralidades que empezaron en el 98 y
amenazan a España con un próximo fin trágico y deshonroso. La tupida red de la
política de concupiscencias ha cogido en su malla, secuestrándola, hasta la
voluntad real (…).
Pues
bien, ahora vamos a recabar todas las responsabilidades y a gobernar nosotros u
hombres civiles que representen nuestra moral y doctrina. Basta ya de rebeldías
mansas, que sin poner remedio a nada, dañan tanto y más a la disciplina que
está recia y viril a la que nos lanzamos por España y por el rey.
Este
movimiento es de hombres: el que no sienta la masculinidad completamente
caracterizada, que espere en un rincón, sin perturbar los días buenos que para
la patria preparamos.
ESPAÑOLES:
¡VIVA ESPAÑA Y VIVA EL REY!
Diario de Barcelona, 13 de septiembre de 1923
Proclama del golpe
de estado de Primo de Rivera (PAEG)
Al
país y al Ejército (1):
Españoles:
Ha llegado para nosotros el momento más temido que esperado (porque hubiéramos
querido vivir siempre en la legalidad y que ella rigiera sin interrupción la
vida española) de recoger las ansias, de atender el clamoroso requerimiento de
cuantos amando la Patria no ven para ella otra salvación que libertarla de los
profesionales de la política, de los que por una u otra razón nos ofrecen el
cuadro de desdichas e inmoralidades que empezaron el año 98 y amenazan a España
con un próximo fin trágico y deshonroso. La tupida red de la política de
concupiscencias ha cogido en sus mallas, secuestrándola, hasta la voluntad real.
Con frecuencia parecen pedir que gobiernen los que ellos dicen no dejan
gobernar, aludiendo a los que han sido su único –aunque débil– freno, y
llevaron a las leyes y costumbres la poca ética sana, el tenue tinte de moral y
equidad que aún tienen; pero en la realidad se avienen fáciles y contentos al
turno y al reparto, y entre ellos mismos designan la sucesión. Pues bien, ahora vamos a recabar todas las
responsabilidades y a gobernar nosotros u hombres civiles que representen
nuestra moral y doctrina. Basta ya de rebeldías mansas, que, sin poner remedio
a nada, dañan tanto y más a la disciplina que está recia y viril a que nos
lancemos por España y por el Rey. No tenemos que justificar nuestro acto,
que el pueblo sano demanda e impone. Asesinatos de prelados, ex gobernadores,
agentes de la autoridad, patronos, capataces y obreros; audaces e impunes
atracos; depreciación de la moneda; francachela de millones de gastos
reservados; sospechosa política arancelaria […] porque quien la maneja hace
alarde de descocada inmoralidad; rastreras intrigas políticas tomando por
pretexto la tragedia de Marruecos; incertidumbre ante este gravísimo problema
nacional; indisciplina social, que hace al trabajo ineficaz y nulo, precaria y
ruinosa la producción agraria e industrial; impune propaganda comunista;
impiedad e incultura; justicia influida por la política; descarada propaganda
separatista […].
Pues bien, ahora
vamos a recabar todas las responsabilidades y a gobernar nosotros u hombres
civiles que representen nuestra moral y doctrina. Basta ya de rebeldías mansas,
que sin poner remedio a nada, dañan tanto y más a la disciplina que está recia
y viril a la que nos lanzamos por España y por el rey.
Este movimiento es
de hombres: el que no sienta la masculinidad completamente caracterizada, que
espere en un rincón, sin perturbar los días buenos que para la patria
preparamos.
ESPAÑOLES: ¡VIVA
ESPAÑA Y VIVA EL REY!
Manifiesto
de Primo de Rivera tras el golpe de Estado, en ABC, 14 de septiembre de 1923
(1)
En cursiva está todo lo que yo considero importante, en negrita el fragmento de
la proclama incluido en el libro de Santillana, el que han indicado como base
de los textos que van a preguntar.
El pacto de San
Sebastián
(…)
se reunieron esta tarde don Alejandro Lerroux y don Manuel Azaña, por la
Alianza Republicana; (…) don Niceto Alcalá-Zamora y don Miguel Maura, por la
Derecha Liberal Republicana; don Manuel Carrasco Formiguera, por la Acción
Catalana; don Matías Mallol Bosch, por la Acción Republicana de Cataluña; don
Jaime Ayguadé, por el Estat Catalá(1); y don Santiago Casares Quiroga,
por la Federación Republicana Gallega, (…).
A
esta reunión asistieron también, invitados con carácter personal, don Felipe
Sánchez Román, don Eduardo Ortega y Gasset y don Indalecio Prieto, no habiendo
podido concurrir don Gregorio Marañón(2), ausente en Francia, y de
quien se leyó una entusiástica carta de adhesión (…).
Examinada
la actual situación política, todos los representantes concurrentes llegaron en
la exposición de sus peculiares puntos de vista a una perfecta coincidencia, la
cual quedó inequívocamente confirmada en la unanimidad con que se tomaron las
diversas resoluciones adoptadas.
La
misma absoluta unanimidad hubo al apreciar la conveniencia de gestionar
rápidamente y con ahínco la adhesión de las demás organizaciones políticas y
obreras, que en el acto previo de hoy no estuvieron representadas para la
finalidad concreta de sumar su poderoso auxilio a la acción que sin desmayos
pretenden emprender conjuntamente las fuerzas adversas al actual régimen
político.
Nota facilitada a la prensa por
Indalecio Prieto
(en Miguel Maura, Así cayó Alfonso XIII, Méjico(3),
1962)
(1) están
presentes las fuerzas catalanistas más radicales, pero no la Lliga, que ha
participado en los gobiernos de Alfonso XIII.
(2) muchos
intelectuales manifestaban su desacuerdo con el actual gobierno: Ortega y
Gasset es una institución en filosofía y Gregorio Marañón lo es en medicina.
Indalecio Prieto será una de las figuras clave del PSOE tras la muerte de Pablo
Iglesias.
(3) todos los
libros que tratan sobre España publicados durante la época franquista en países
latinoamericanos evidentemente se publican allí por estar prohibidos en nuestro
país o bien exiliados sus autores.
La renuncia de
Alfonso XIII (PAEG)
Las elecciones celebradas el
domingo, me revelan claramente que no tengo hoy el amor de mi pueblo. Mi
conciencia me dice que ese desvío no será definitivo, porque procuré siempre
servir a España, puesto el único afán en el interés público hasta en las más
críticas coyunturas (…).
Hallaría medios sobrados para
mantener mis regias prerrogativas, en eficaz forcejeo contra los que las
combaten. Pero, resueltamente, quiero apartarme de cuanto sea lanzar a un
compatriota contra otro, en fratricida guerra civil. No renuncio a ninguno de
mis derechos (…), de cuya custodia me han de pedir un día cuenta rigurosa.
Espero a conocer la auténtica
expresión de la conciencia colectiva y, mientras habla la nación, suspendo
deliberadamente el ejercicio del Poder Real y me aparto de España,
reconociéndola como única señora de sus destinos.
ALFONSO DE BORBÓN(1):
“Manifiesto”, en La Vanguardia, 17 de abril de 1931.
(1) nombre de Alfonso XIII una vez
que ya no es Rey
El error Berenguer (“Delenda est
Monarchia”) (PAEG)
España, una nación de sobre
veinte millones de habitantes, que venía ya de antiguo arrastrando una
existencia política bastante poco normal, ha sufrido durante siete años un
régimen de absoluta anormalidad en el Poder público […].
A ese hecho responde el Régimen
con el Gobierno Berenguer, cuya política significa: volvamos tranquilamente a
la normalidad por los medios más normales, hagamos “como si” aquí no hubiese
pasado nada radicalmente nuevo, sustancialmente anormal. Eso, eso es todo lo
que el Régimen puede ofrecer, en este momento tan difícil para Europa entera, a
los veinte millones de hombres ya maltratado de antiguo, después de haberlos
vejado, pisoteado, envilecido y esquilmado durante siete años […].
Pero esta vez se ha
equivocado. Este es el error Berenguer. Al cabo de diez meses, la opinión
pública está menos resuelta que nunca a olvidar la «gran viltá» que fue la
Dictadura. El régimen sigue solitario, acordonado como leproso en lazareto. No
hay un hombre hábil que quiera acercarse a él; actas, carteras, promesas –las
cuentas de vidrio perpetuas– no han servido esta vez para nada. Al contrario:
esta última ficción colma el vaso. La reacción indignada de España empieza
ahora, precisamente ahora, y no hace diez meses. España se toma siempre tiempo,
el suyo. […] Quiere una vez más salir del paso, como si los veinte millones de
españoles estuviésemos ahí para que él saliese del paso. Busca a alguien que se
encargue de la ficción, que realice la política del «aquí no ha pasado nada».
Encuentra solo un general amnistiado. Este es el error Berenguer del que la
historia hablará. Y como es irremediablemente un error, somos nosotros, y no el
régimen mismo; nosotros, gente de la calle, de tres al cuarto y nada
revolucionarios, quienes tenemos que decir a nuestros conciudadanos:
¡Españoles, vuestro Estado no existe! ¡Reconstruidlo!
Delenda est
Monarchia. (1) (2)
«El
error Berenguer». Artículo de José Ortega y Gasset publicado en El Sol, 15 de
noviembre de 1930
(1) El colofón de este artículo
está en latín, y significa: “la monarquía debe ser destruida”
(2)
Sólo lo destacado en cursiva está seleccionado para la PAEG
Renuncia de Alfonso XIII a sus
prerrogativas regias. (PAEG)
"Al
país: Las elecciones celebradas el domingo (1 2 de abril) me revelan claramente
que no tengo el amor de mi pueblo. Mi conciencia me dice que ese desvío no será
definitivo, porque procuré siempre servir a España, y puse el único afán en el
interés público hasta en las más críticas coyunturas.
Un
rey puede equivocarse, y sin duda erré yo alguna vez; pero sé bien que nuestra
patria se mostró en todo momento generosa ante las culpas sin malicia. Soy el
rey de todos los españoles, y también un español. Hallaría medios sobrados para
mantener mis regias prerrogativas, en eficaz forcejeo con quienes las combaten.
Pero resueltamente, quiero apartarme de cuanto sea lanzar a un compatriota
contra otro en fratricida guerra civil. No renuncio a ninguno de mis derechos,
porque más que míos son depósito acumulado por la Historia, de cuya custodia ha
de pedirme un día cuenta rigurosa.
Espero
a conocer la auténtica y adecuada expresión de la conciencia colectiva, y
mientras habla la nación suspendo deliberadamente el ejercicio del poder real y
me aparto ce España, reconociéndola así como única señora de sus destinos.
También
ahora creo cumplir el deber que me dicta el amor a la patria Pido a Dios que
tan hondo como yo lo sientan y lo cumplan los demás españoles.
Alfonso
XIII. Manifiesto de despedida de Alfonso XIII (13 de abril de 1931).